A decir verdad, esta semana ha sido una montaña rusa tan grande que casi me olvido de tomarme una foto semanal. De hecho, mirando hacia atrás en mi biblioteca, esta fue la única foto que tomé de Kai durante la semana 16. -85 para mí. De todos modos, me he dado cuenta de que mi "pequeño amigo" (como me gusta llamarlo) tiene algo que ver conmigo. El otro día lo llevé al baño conmigo, y él se quedó allí sentado durante unos 10 minutos más o menos, solo mirando mientras me afeitaba la cabeza y la barba. 10 minutos de observación es mucho tiempo para cualquiera, especialmente para un bebé de 4,8 meses. Lo mismo sucede cuando entro en la casa, en una habitación en la que él está, o si empiezo a hablar (a pesar de que hablar podría ser porque estoy hablando de Brooklyn cuando hablo). Hace una pausa por lo que sea que esté haciendo, mira a papá por unos minutos y luego vuelve a los negocios. Me gusta eso; me hace sentir como si ya se estuviera identificando con este padre. Eso significa que tengo que mirar cada uno de mis movimientos ya que ya me han visto.